El equipo que formamos el Departamento de Biblioteca deseamos a toda la comunidad del I.E.S. Litoral una Feliz Navidad y un estupendo 2013.
“No es solo una biblioteca. Es una nave espacial que te llevará a los puntos más lejanos del universo, una máquina del tiempo que te llevará al pasado lejano y al lejano futuro, un maestro que sabe más que ningún ser humano, un amigo que te divertirá y te consolará y sobre todo una salida a una vida mejor, más feliz y más útil.” (Isaac Asimov)
Teatro leído e interpretación de villancicos en la Biblioteca
El viernes 21 de diciembre alumnos de 2º de ESO C y D leyeron la obra de teatro "El viaje de los Reyes Magos" y nos deleitaron con un tradicional villancico. Esta actividad estuvo realizada en colaboración con el Departamento de Música.
16 de diciembre, Día de la Lectura en Andalucía
La Junta de Andalucía decidió institucionalizar el 16 de diciembre Día de la Lectura en Andalucía, fecha del nacimiento del poeta Rafael Alberti y del homenaje que en 1927 el Grupo Poético de la Generación del 27 rindió en Sevilla al poeta Luis de Góngora con motivo del tercer centenario de su muerte.
Os invitamos a leer el manifiesto escrito por el poeta cordobés Pablo García Casado para conmemorar el Día de la Lectura en Andalucía 2011.
Contra el fuego
En 1996, un joven François Truffaut dirigió Fahrenheit 451, adaptación cinematográfica de la novela homónima de Ray Bradbury. Un relato que narraba en un hipotético tiempo futuro, en el que los libros estaban prohibidos, y debían ser quemados y sustituidos por pantallas de televisión. Porque una sociedad que aspiraba a ser perfecta debía evitar cualquier referencia al pasado, a que el ser humano pudiera preguntarte por su felicidad, por su deseo, por su lugar en el mundo. "No hacen felices a la gente, y por eso deben ser eliminados", respondía Gay Montag a una bellísima Clarisse encarnada por Julie Christie. Este panorama implicaba subvertir incluso en valor de las palabras, hasta el punto de que "bombero", en el relato, era precisamente quien aplicaba el fuego a los libros: aquel que, de alguna manera, apagaba las llamas del deseo y de la memoria. Ese que late en las páginas de Faulkner, Cervantes o Camus.
El adagio facilón nos dice que una imagen vale más que mil palabras. Pero esta afirmación recurrente puede ser leída también en sentido contrario. Porque si digo "bosque" estoy nombrando las penumbras africanas, los fríos noruegos o la oscura multitud de una calle nocturna en el sudeste asiático. O un lugar no escrito. O un no lugar. O un desierto. Porque pantalla y libro, palabra e imagen no se oponen entre sí: se afirman, sirven de muto alimento. Muchos nos acercamos al Julio César de Shakespeare gracias a Mankiewicz; nadie como Brando narró antes ante las masas que se agolpaban en cientos de salas de cine el discurso de Marco Antonio. Y qué genial guionista encontró el director norteamericano en el dramaturgo inglés para representar estas metáfora precisa del poder y de la política.
Por eso, a pesar de las insidias interesadas de los apocalípticos, la pantalla y el libro han cultivado la amistad y han crecido juntos. Juntos conforman el presente de nuestra memoria. Levantarse cada día para luchar por ellos merece la pena. No siempre es un trabajo grato. Contra la cultura, contra el libro y las películas, siempre hay megáfonos y demagogia, ventajismo de quien nos llama parásitos del sistema. Gente con la boca ancha y la mirada estrecha. Gente que estaría dispuesta a activar, en aras de nuestra seguridad, el pulsador del lanzallamas, y quemar a Proust, a Miller, a Polanski o Von Trier. Gente que parecen honrados vecinos de domingo, pero cuyas actividades no difieren demasiado de los talibanes afganos o los secuaces de Terry Jones.
Por eso, antes de que la vida nos lleve a exiliarnos en un país de mujeres-libro o de hombres-película, debemos defender este territorio ganado a la ignorancia, porque son un activo contra la sumisión. Por eso debemos estar alerta ante esos discursos incendiarios que prenden fácilmente. Y los libros lo hacen a una temperatura de 451 grados Fahrenheit. Y las películas, incluso menos, a 410.
Os invitamos a leer el manifiesto escrito por el poeta cordobés Pablo García Casado para conmemorar el Día de la Lectura en Andalucía 2011.
Contra el fuego
En 1996, un joven François Truffaut dirigió Fahrenheit 451, adaptación cinematográfica de la novela homónima de Ray Bradbury. Un relato que narraba en un hipotético tiempo futuro, en el que los libros estaban prohibidos, y debían ser quemados y sustituidos por pantallas de televisión. Porque una sociedad que aspiraba a ser perfecta debía evitar cualquier referencia al pasado, a que el ser humano pudiera preguntarte por su felicidad, por su deseo, por su lugar en el mundo. "No hacen felices a la gente, y por eso deben ser eliminados", respondía Gay Montag a una bellísima Clarisse encarnada por Julie Christie. Este panorama implicaba subvertir incluso en valor de las palabras, hasta el punto de que "bombero", en el relato, era precisamente quien aplicaba el fuego a los libros: aquel que, de alguna manera, apagaba las llamas del deseo y de la memoria. Ese que late en las páginas de Faulkner, Cervantes o Camus.
El adagio facilón nos dice que una imagen vale más que mil palabras. Pero esta afirmación recurrente puede ser leída también en sentido contrario. Porque si digo "bosque" estoy nombrando las penumbras africanas, los fríos noruegos o la oscura multitud de una calle nocturna en el sudeste asiático. O un lugar no escrito. O un no lugar. O un desierto. Porque pantalla y libro, palabra e imagen no se oponen entre sí: se afirman, sirven de muto alimento. Muchos nos acercamos al Julio César de Shakespeare gracias a Mankiewicz; nadie como Brando narró antes ante las masas que se agolpaban en cientos de salas de cine el discurso de Marco Antonio. Y qué genial guionista encontró el director norteamericano en el dramaturgo inglés para representar estas metáfora precisa del poder y de la política.
Por eso, a pesar de las insidias interesadas de los apocalípticos, la pantalla y el libro han cultivado la amistad y han crecido juntos. Juntos conforman el presente de nuestra memoria. Levantarse cada día para luchar por ellos merece la pena. No siempre es un trabajo grato. Contra la cultura, contra el libro y las películas, siempre hay megáfonos y demagogia, ventajismo de quien nos llama parásitos del sistema. Gente con la boca ancha y la mirada estrecha. Gente que estaría dispuesta a activar, en aras de nuestra seguridad, el pulsador del lanzallamas, y quemar a Proust, a Miller, a Polanski o Von Trier. Gente que parecen honrados vecinos de domingo, pero cuyas actividades no difieren demasiado de los talibanes afganos o los secuaces de Terry Jones.
Por eso, antes de que la vida nos lleve a exiliarnos en un país de mujeres-libro o de hombres-película, debemos defender este territorio ganado a la ignorancia, porque son un activo contra la sumisión. Por eso debemos estar alerta ante esos discursos incendiarios que prenden fácilmente. Y los libros lo hacen a una temperatura de 451 grados Fahrenheit. Y las películas, incluso menos, a 410.
Día Internacional de los Derechos Humanos
El 10 de diciembre conmemoramos la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948.
La ONU pretendía con esta Declaración Universal sentar las bases de un compromiso ético para obligar a todos los estados a cumplir y hacer cumplir una serie de normas.
Recordemos que después de la Segunda Guerra Mundial, en los inicios de la Guerra Fría, cuando todavía dolían las heridas del nazismo y ante las situaciones de injusticia que se vivían en los cinco continentes, varios países sintieron la necesidad de unirse en una organización supraestatal que garantizara el respeto y la dignidad de las personas, y que evitara la repetición de hechos tan lamentables como la vulneración de la dignidad de la persona y el respeto a sus peculiaridades étnicas, religiosas o sexuales.
Los Derechos Humanos se sostienen sobre dos pilares esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todos los seres humanos sin ningún tipo de limitaciones, sean éstas: culturales, económicas, étnicas, sexuales, etc. El concepto de Derechos Humanos hace referencia al sentido de la dignidad humana antes que a cualquier formulación jurídica o política.
Si estáis interesados en saber más sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos, os recomendamos la siguiente página web:
http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml
http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml
El hechizo de la luna
La Luna ha sido, es y será siempre algo que nos hechiza, motivo de declaraciones románticas, de historias de miedo, de transformaciones, de influencia sobre el ser humano, la propia tierra o las criaturas que habitan en ella.
A lo largo de la historia, los mitos nos han ayudado a creer que podíamos explicar fenómenos que no comprendíamos. En realidad no había ninguna prueba de lo que decía el mito, pero permitía explicar algo, todo el mundo lo repetía y al final se daba por cierto. Poco a poco el conocimiento científico ha ido explicando la mayoría de fenómenos que antes se justificaban como un mito.
La Luna también ha sido objeto de diferentes mitos, entre otros, el aullido de los lobos, el crecimiento del cabello cortado en su etapa de cuarto creciente..., pero, ¿realmente son verdad los mitos que la rodean?
Os dejamos un enlace que puede resultar de vuestro interés. Encontraréis datos sobre la distancia de la Luna a la Tierra, su tamaño, temperatura, las fases, los eclipses.
Y, no podía faltar, un relato.
El muerto
y la luna
Un anciano ve un muerto sobre el que caía la claridad de la luna. Reúne a un gran número de animales y les dice:
- ¿Cuál de vosotros, valientes, quiere encargarse de pasar al muerto o a la luna a la otra orilla del río?
Dos tortugas se presentan: la primera, que tiene las patas largas, carga con la luna y llega sana y salva con ella a la orilla opuesta; la otra, que tiene las patas cortas, carga con el muerto y se ahoga.
Por eso la luna reaparece todos los días y el hombre que muere no vuelve nunca.
- ¿Cuál de vosotros, valientes, quiere encargarse de pasar al muerto o a la luna a la otra orilla del río?
Dos tortugas se presentan: la primera, que tiene las patas largas, carga con la luna y llega sana y salva con ella a la orilla opuesta; la otra, que tiene las patas cortas, carga con el muerto y se ahoga.
Por eso la luna reaparece todos los días y el hombre que muere no vuelve nunca.
Blaise Cendras, Antología negra
El escritor José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes 2012
El ministro de Cultura, José Ignacio
Wert, ha dado a conocer el fallo del Premio Cervantes 2012,
otorgado a José Manuel Caballero Bonald.
El premio, dotado con 125.000 euros, está considerado el más importante de
cuantos se conceden en los países de habla hispana.
Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, Cádiz. 1926) es Licenciado en
Filosofía y Letras, poeta, novelista y ensayista.
Su primera obra, Las adivinaciones,
data de 1952 y se incluye dentro de la generación poética del 50. Su poesía
escrita hasta 1969 se incluyó en un tomo titulado Vivir para contarlo.
Como poeta ha obtenido numerosos premios, entre ellos el Boscán, el Reina Sofía
de Poesía Iberoamericana y el de la Crítica. Es autor también de Descrédito del héroe, Diario de Argónida, Somos el tiempo que nos queda o Manual de infractores.
Su entrada en la narrativa fue más tardía. Su primer trabajo, Dos días de septiembre,
consiguió el premio Biblioteca Breve. Siguieron novelas como Ágata ojo de gato (que también fue Premio de la
Crítica), Toda la noche oyeron pasar
pájaros, En la casa del padre
y Campo de Agramante.
El Premio de Literatura en Lengua
Castellana Miguel de Cervantes es el máximo reconocimiento a la labor creadora
de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a
enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española.
A este galardón puede ser propuesto
cualquier escritor cuya obra literaria esté escrita, totalmente o en su parte
esencial, en esta lengua. Pueden presentar candidatos las Academias de la
Lengua Española; los autores premiados en anteriores convocatorias; las
instituciones que, por su naturaleza, fines o contenidos, estén vinculadas a la
literatura en lengua castellana, y los miembros del jurado.
En la convocatoria de 2008 la
composición del jurado sigue un nuevo modelo que supone una mayor proporción de
miembros designados por entidades de carácter electivo:
Los dos últimos galardonados con el
Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes
Un miembro de la Real Academia
Española
Un miembro de una de las Academias
Iberoamericanas de la lengua española
Cuatro personalidades del mundo
académico, universitario y literario, de reconocido prestigio, propuestos,
respectivamente, por:
La Conferencia de Rectores de las
Universidades Españolas
La Unión de Universidades de América
Latina
El Director del Instituto Cervantes
El Ministro de Cultura
Dos miembros elegidos entre
representantes de suplementos culturales de diarios, propuestos,
respectivamente, por:
La Federación de Asociaciones de
Periodistas de España
La Sociedad Interamericana de Prensa
Uno a propuesta de la Asociación
Internacional de Hispanistas, de nacionalidad no española ni iberoamericana.
Desde su creación el Premio se falla
a finales de año y se entrega el 23 de abril -día del fallecimiento de Miguel
de Cervantes - en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cuna del
escritor, por SS. MM. los Reyes de España.
El escritor Antonio Gómez Yebra presenta su nuevo libro en Málaga
El escritor extremeño Antonio Gómez Yebra presentará su último poemario Niño mío el jueves 29 de noviembre a las 20.00 horas en el Salón de Actos de Unicaja (Acera de la Marina, 3).
Día de Acción de Gracias
El Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day) es una
celebración tradicional de Estados Unidos que tiene lugar el cuarto jueves de
noviembre. Por lo general, la familia y los amigos se reúnen a compartir
una gran cena y, en muchos hogares, se ofrece una oración de gratitud. El plato
tradicional es un pavo asado, con acompañantes como salsa de arándanos, patatas
asadas y pastel de calabaza.
Sus
orígenes se remontan al siglo XVII. La historia cuenta que el primer Día de
Acción de Gracias se celebró durante tres días en la colonia de Plymouth – hoy
parte del estado de Massachusetts – en el año 1621. Los colonos habían llegado
el año anterior y no tenían suficiente alimento, y ya era tarde para sembrar
cosechas. La mitad de la colonia pereció durante el invierno de 1620-1621. En
la primavera, los indígenas de la zona enseñaron a los colonos a sembrar maíz y
otros cultivos, y les ayudaron a cazar y pescar. En el otoño de 1621 los
colonos tuvieron excelentes cosechas y en agradecimiento, invitaron a los indígenas
a compartir un banquete. El festejo de esta cosecha se convirtió en una
actividad habitual que se realizaba en diversas fechas. En el año 1863 el
presidente Abraham Lincoln proclamó el último jueves de noviembre como día
festivo nacional para la celebración.
A causa de las malas noticias que escuchamos
a diario o del descrédito al que estamos sujetos continuamente, olvidamos
la suerte que tenemos de estar vivos, de poder tener a personas que nos quieren
junto a nosotros, de contar con muchas posibilidades para formarnos y construir
nuestro futuro. Por todo esto es importante pararnos a pensar y dar las
gracias.
Os invitamos a visitar el blog del escritor
Antonio Muñoz Molina y a leer el artículo que escribe sobre este importante día
para los estadounidenses.
http://antoniomuñozmolina.es/2012/11/tantos-dones/
http://antoniomuñozmolina.es/2012/11/tantos-dones/
También a escuchar y a leer el poema
del argentino Jorge Luis Borges, Otro poema de los
dones.
http://www.youtube.com/watch?v=0lIYNomoOec
Por Swedenborg,
Por el geométrico y bizarro ajedrez
Por Frances Haslam, que pidió perdón a sus
hijos
http://www.youtube.com/watch?v=0lIYNomoOec
Otro poema de los dones
Gracias quiero dar al divino
Laberinto de los efectos y de las causas
Por la diversidad de las criaturas
Que forman este singular universo,
Por la razón, que no cesará de soñar
Con un plano del laberinto,
Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,
Por el amor, que nos deja ver a los otros
Como los ve la divinidad,
Por el firme diamante y el agua suelta,
Por el álgebra, palacio de precisos cristales,
Por las místicas monedas de Ángel Silesio,
Por Schopenhauer,
Que acaso descifró el universo,
Por el fulgor del fuego
Que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,
Por la caoba, el cedro y el sándalo,
Por el pan y la sal,
Por el misterio de la rosa
Que prodiga color y que no lo ve,
Por ciertas vísperas y días de 1955,
Por los duros troperos que en la llanura
Arrean los animales y el alba,
Por la mañana en Montevideo,
Por el arte de la amistad,
Por el último día de Sócrates,
Por las palabras que en un crepúsculo se dijeron
De una cruz a otra cruz,
Por aquel sueño del Islam que abarcó
Mil noches y una noche,
Por aquel otro sueño del infierno,
De la torre del fuego que purifica
Y de las esferas gloriosas,
Que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
Por los ríos secretos e inmemoriales
Que convergen en mí,
Por el idioma que, hace siglos, hablé en
Nortumbria,
Por la espada y el arpa de los sajones,
Por el mar, que es un desierto resplandeciente
Y una cifra de cosas que no sabemos
Y un epitafio de los vikings,
Por la música verbal de Inglaterra,
Por la música verbal de Alemania,
Por el oro, que relumbra en los versos,
Por el épico invierno,
Por el nombre de un libro que no he leído:
Gesta Dei per Francos,
Por Verlaine, inocente como los pájaros,
Por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
Por las rayas del tigre,
Por las altas torres de San Francisco y la isla de
Manhattan,
Por las mañanas en Texas,
Por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
Y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
Por Séneca y Lucano, de Córdoba
Que antes del español escribieron
Toda la literatura española,
Por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
Por el olor medicinal de los eucaliptos,
Por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
Por el olvido, que anula o modifica el pasado,
Por la costumbre,
Que nos repite y nos confirma como un espejo,
Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
Por la noche, su tiniebla y su astronomía,
Por el valor y la felicidad de los otros,
Por la patria, sentida en los jazmines
O en una vieja espada,
Por Whitman y Francisco de Asís, que ya
escribieron el poema,
Por el hecho de que el poema es inagotable
Y se confunde con la suma de las criaturas
Y no llegará jamás al último verso
Y varía según los hombres,
Por morir tan despacio,
Por los minutos que preceden al sueño,
Por el sueño y por la muerte,
Esos dos tesoros ocultos,
Por los íntimos dones que no enumero,
Por la música, misteriosa forma del tiempo.
Jorge Luis Borges
De El otro, el mismo (1964)
25 de noviembre, Día contra la Violencia hacia las Mujeres
Con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el alumnado de 1º y 2º de ESO C participará en la lectura de textos (poemas, relatos y manifiestos) y baile de "hip hop" relativos al tema.
La actividad tendrá lugar el lunes 26 de noviembre en el Gimnasio.
Organizan el Departamento de Biblioteca y el Departamento de Educación Física.
LIBRE TE QUIERO
Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.
Grande te quiero
como monte
preñado de primavera,
pero no mía.
Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.
Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
pero no mía.
Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
Agustín García Calvo
Las luces largas
Leyenda urbana
Una noche Julie salió muy tarde de la biblioteca de la universidad, tras muchas horas de estudio. Cruzó el aparcamiento hasta llegar a su coche, sacó la llave, abrió y dejó el montón de libros que cargaba en el asiento derecho. Al contarlos se dio cuenta de que se había olvidado uno en la biblioteca, en el mostrador de préstamos, así que cerró de golpe la puerta del coche y volvió a la carrera.
Al cabo de un minuto regresó con el libro extraviado en la mano. Se sentó en el asiento del conductor y dejó caer el volumen encima del montón antes de poner el motor en marcha y salir a la calle. Tenía un buen trayecto por delante.
Pasado un rato se detuvo en un semáforo en rojo. A su lado paró una camioneta de reparto, pero apenas se fijó en ella. Tamborileando sobre el volante, esperaba a que se pusiera en verde. De repente, el conductor de la camioneta hizo sonar el claxon y Julie dio un respingo, sobresaltada. Miró a su alrededor, pero en el cruce sólo había dos vehículos, así que se imaginó que debía de haberle pitado a ella por algún motivo. Trató de ver quién conducía, pero las ventanillas de la camioneta eran mucho más altas y no alcanzaba a distinguir nada.
«¿Por qué me habrá pitado? Si no he hecho nada», murmuró Julie, molesta por haberse asustado de aquella forma.
El semáforo se puso en verde y la chica siguió su camino. Se metió en la carretera y ya casi se había olvidado de la camioneta cuando, de repente, el coche quedó inundado por un chorro de luz procedente de la parte posterior.
Miró por el retrovisor entrecerrando los ojos y apenas logró distinguir la misma camioneta que le había pitado en el cruce. La tenía justo detrás con las luces largas encendidas, de manera que a Julie le costaba seguir mirando por el espejo. Luego las apagó y, ya con las cortas, siguió conduciendo detrás del coche.
«¡Gracias a Dios! Con esa luz casi me deja ciega», se dijo Julie, que ya empezaba a ponerse nerviosa por culpa de aquel extraño conductor que llevaba detrás. Era muy tarde y no había nadie más por la carretera.
De improviso volvió a encender las luces largas y a apagarlas.
«Ya está bien, voy a dejar atrás a ese tío», decidió la chica, y apretó con fuerza el acelerador, pero cuando volvió a mirar por el retrovisor se dio cuenta de que la camioneta le pisaba los talones. Frunció los labios, clavó los ojos en el asfalto y aceleró aún más.
Otra ráfaga de luz blanca procedente de la camioneta. El conductor encendió las largas y una vez más las apagó.
En aquel momento Julie ya estaba claramente asustada. Echó un vistazo al espejo y le quedó claro que la camioneta la seguía y de cerca, pero sabía que ya faltaba poco para llegar a casa: su única esperanza era dejarlo atrás. Salió de la carretera y llegó a su calle. Ya veía su casa al final de la manzana. Otra ráfaga le dejó claro que la camioneta seguía su pista, pero no miró hacia atrás.
Con un chirrido de las ruedas, Julie se metió en el camino de acceso a la casa. Bajó del coche de un salto y echó a correr hacia la puerta, casi antes de que el vehículo se hubiera detenido del todo. El ruido de un frenazo le indicó que la camioneta se había detenido junto a la acera. Presa ya del terror, llegó tambaleándose hasta el porche y se puso a aporrear la puerta sumida en un pánico absoluto.
- ¡Mamá! ¡Papá! ¡Socorro!
Cuando ya se encendían las luces de la casa, se volvió para enfrentarse al que estaba convencida de que iba a ser su agresor. En efecto, el conductor de la camioneta de reparto había bajado, pero, antes de dar tiempo a la chica a gritar otra vez, se abalanzó sobre la puerta trasera del coche, la abrió de golpe y se lanzó sobre el asiento. Julie se quedó atónita al ver que sacaba a un hombre.
Entonces se abrió la puerta de su casa y sus asustados padres salieron al porche para ser testigos junto a ella de cómo el conductor de la camioneta luchaba cuerpo a cuerpo con el extraño que había salido del asiento de atrás del coche. Tras un largo forcejeo, el primero logró dejar inconsciente al otro.
Más tarde contó a la policía que, cuando se habían detenido en el cruce, había visto a aquel hombre escondido en el asiento trasero del coche de Julie, con un cuchillo de caza enorme en la mano. Había tratado de avisarla haciendo sonar el claxon, pero la chica no lo había entendido, así que había decidido seguirla con la esperanza de que se presentara la oportunidad de ayudarla. Cada vez que el asesino en potencia se había incorporado, cuchillo en ristre y dispuesto a atacar, el otro lo había asustado para que volviera a esconderse poniendo las luces largas.
AAVV: Gritos y escalofríos. Cuentos clásicos de misterio y terror.
El miedo, de Ramón María del Valle-Inclán
Ese largo y angustioso escalofrío que parece mensajero de la muerte, el verdadero escalofrío del miedo, sólo lo he sentido una vez. Fue hace muchos años, en aquel hermoso tiempo de los mayorazgos, cuando se hacía información de nobleza para ser militar. Yo acababa de obtener los cordones de Caballero Cadete. Hubiera preferido entrar en la Guardia de la Real Persona; pero mi madre se oponía, y siguiendo la tradición familiar, fui granadero en el regimiento del Rey. No recuerdo con certeza los años que hace, pero entonces apenas me apuntaba el bozo y hoy ando cerca de ser un viejo caduco. Antes de entrar en el Regimiento mi madre quiso echarme su bendición. La pobre señora vivía retirada en el fondo de una aldea, donde estaba nuestro pazo solariego, y allá fui sumiso y obediente. La misma tarde que llegué mandó en busca del Prior de Brandeso para que viniese a confesarme en la capilla del pazo. Mis hermanas María Isabel y María Fernanda, que eran unas niñas, bajaron a coger rosas al jardín, y mi madre llenó con ellas los floreros del altar. Después me llamó en voz baja para darme su devocionario y decirme que hiciese examen de conciencia:
- Vete a la tribuna, hijo mío. Allí estarás mejor...
La tribuna señorial estaba al lado del Evangelio y comunicaba con la biblioteca. La capilla era húmeda, tenebrosa, resonante. Sobre el retablo campeaba el escudo concedido por ejecutorias de los Reyes Católicos al señor de Bradomín, Pedro Aguilar de Tor, llamado el Chivo y también el Viejo. Aquel caballero estaba enterrado a la derecha del altar. El sepulcro tenía la estatua orante de un guerrero. La lámpara del presbiterio alumbraba día y noche ante el retablo, labrado como joyel de reyes. Los áureos racimos de la vid evangélica parecían ofrecerse cargados de fruto. El Santo tutelar era aquel piadoso Rey Mago que ofreció mirra al Niño Dios. Su túnica de seda bordada de oro brillaba con el resplandor devoto de un milagro oriental. La luz de la lámpara, entre las cadenas de plata, tenía tímido aleteo de pájaro prisionero como si se afanase por volar hacia el Santo.
Mi madre quiso que fuesen sus manos las que dejasen aquella tarde a los pies del Rey Mago los floreros cargados de rosas como ofrenda de su alma devota. Después, acompañada de mis hermanas, se arrodilló ante el altar. Yo, desde la tribuna, solamente oía el murmullo de su voz, que guiaba moribunda las avemarías; pero cuando a las niñas les tocaba responder, oía todas las palabras rituales de la oración. La tarde agonizaba, y los rezos resonaban en la silenciosa oscuridad de la capilla, hondos, tristes y angustiosos, como un eco de la Pasión. Yo me adormecía en la tribuna. Las niñas fueron a sentarse en las gradas del altar. Sus vestidos eran albos como el lino de los paños litúrgicos. Ya sólo distinguía una sombra que rezaba bajo la lámpara del presbiterio. Era mi madre, que sostenía entre sus manos un libro abierto y leía con la cabeza inclinada. De tarde en tarde, el viento mecía la cortina de un alto ventanal. Yo entonces veía en el cielo, ya oscura, la faz de la luna, pálida y sobrenatural como una diosa que tiene su altar en los bosques y en los lagos...
Mi madre cerró el libro dando un suspiro, y de nuevo llamó a las niñas. Vi pasar sus sombras blancas a través del presbiterio y columbré que se arrodillaban a los lados de mi madre. La luz de la lámpara temblaba con un débil resplandor sobre las manos que volvían a sostener abierto el libro. En el silencio la voz leía piadosa y lenta. Las niñas escuchaban, y adiviné sus cabelleras sueltas sobre la albura del ropaje y cayendo a los lados del rostro iguales, tristes, nazarenas. Habíame adormecido, y de pronto me sobresaltaron los gritos de mis hermanas. Miré y las vi en medio del presbiterio abrazadas a mi madre. Gritaban despavoridas. Mi madre las asió de la mano y huyeron las tres. Bajé presuroso. Iba a seguirlas y quedé sobrecogido de terror. En el sepulcro del guerrero se entrechocaban los huesos del esqueleto. Los cabellos se erizaron en mi frente. La capilla había quedado en el mayor silencio, y oíase distintamente el hueco y medroso rodar de la calavera sobre su almohada de piedra. Tuve miedo como no lo he tenido jamás, pero no quise que mi madre y mis hermanas me creyesen cobarde, y permanecí inmóvil en medio del presbiterio, con los ojos fijos en la puerta entreabierta. La luz de la lámpara oscilaba. En lo alto mecíase la cortina de un ventanal, y las nubes pasaban sobre la luna, y las estrellas se encendían y se apagaban como nuestras vidas. De pronto, allá lejos, resonó festivo ladrar de perros y música de cascabeles. Una voz grave y eclesiástica llamaba: - ¡Aquí, Carabel! ¡Aquí, Capitán ... ! Era el Prior de Brandeso que llegaba para confesarme. Después oí la voz de mi madre trémula y asustada, y percibí distintamente la carrera retozona de los perros. La voz grave y eclesiástica se elevaba lentamente, como un canto gregoriano: - Ahora veremos qué ha sido ello... Cosa del otro mundo no lo es, seguramente...
¡Aquí, Carabel! ¡Aquí, Capitán ... !
Y el Prior de Brandeso, precedido de sus lebreles, apareció en la puerta de la capilla:
- ¿Qué sucede, señor Granadero del Rey? Yo repuse con voz ahogada:
- ¡Señor Prior, he oído temblar el esqueleto dentro del sepulcro ... !
El Prior atravesó lentamente la capilla. Era un hombre arrogante y erguido. En sus años juveniles también había sido Granadero del Rey. Llegó hasta mí, sin recoger el vuelo de sus hábitos blancos, y afirmándome una mano en el hombro y mirándome la faz descolorida, pronunció gravemente:
- ¡Que nunca pueda decir el Prior de Brandeso que ha visto temblar a un Granadero del Rey ... !
No levantó la mano de mi hombro, y permanecimos inmóviles, contemplándonos sin hablar. En aquel silencio oímos rodar la calavera del guerrero. La mano del Prior no tembló. A nuestro lado los perros enderezaban las orejas con el cuello espeluznado. De nuevo oímos rodar la calavera sobre su almohada de piedra. El Prior me sacudió:
- ¡Señor Granadero del Rey, hay que saber si son trasgos o brujas ... !
Y se acercó al sepulcro y asió las dos anillas de bronce empotradas en una de las losas, aquella que tenía el epitafio. Me acerqué temblando. El Prior me miró sin despegar los labios. Yo puse mi mano sobre la suya en una anilla y tiré. Lentamente alzamos la piedra. El hueco, negro y frío, quedó ante nosotros. Yo vi que la árida y amarillenta calavera aún se movía. El Prior alargó un brazo dentro del sepulcro para cogerla. Después, sin una palabra y sin un gesto, me la entregó. La recibí temblando. Yo estaba en medio del presbiterio y la luz de la lámpara caía sobre mis manos. Al fijar los ojos las sacudí con horror. Tenía entre ellas un nido de culebras que se desanillaban silbando, mientras la calavera rodaba con hueco y liviano son todas las gradas del presbiterio. El Prior me miró con sus ojos de guerrero que fulguraban bajo la capucha como bajo la visera de un casco:
- Señor Granadero del Rey, no hay absolución... ¡Yo no absuelvo a los cobardes!
Y con rudo empaque salió sin recoger el vuelo de sus blancos hábitos talares. Las palabras del Prior de Brandeso resonaron mucho tiempo en mis oídos. Resuenan aún. ¡Tal vez por ellas he sabido más tarde sonreír a la muerte como a una mujer!
Ramón María del Valle-Inclán, Jardín umbrío, 1903
El escritor Juan Eslava Galán, en Málaga
El escritor jiennense Juan Eslava Galán
presentará el próximo martes 20 de noviembre en el Museo del Patrimonio Municipal, en Paseo de Reding, el libro Ciudades
de la Bética.
El acto, organizado por el Instituto
Municipal de Libro, será a las 20 h.
Ciudades de la Bética adopta un tono decididamente
ilustrativo y pedagógico. Con este fin toma nota del mejor maestro posible en
estas lides, Platón, al proponer una estructura en forma de diálogo. El libro
presenta a dos protagonistas bien definidos, ambos amantes de la arqueología:
Bonoso y su huésped escocés Angus. Los dos se proponen visitar las antiguas
ciudades de la región romana que bebió de las fuentes del Guadalquivir en busca
de historia, arte, costumbres, cultura, gastronomía, mitología y otros muchos
sellos de la civilización cuyos orígenes Virgilio trazó en la Eneida.
III Concurso Internacional de Microrrelatos
Con la intención de conmemorar el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el ProyectoDeSgenerad@s convoca
su III Concurso Internacional de Microrrelatos.
Este evento se enmarca dentro de los objetivos generales que
persigue el Proyecto al resaltar la importancia de aplicar la perspectiva de
género a la creación literaria.
El plazo de admisión de trabajos termina el 25 de noviembre de 2012.
Más información en
http://tallerdecuentosdesgenerados.blogspot.com.es/p/concurso_7.htmlConcurso "Chansons sans frontières"
La Asociación FUSACA de la región francesa de Normandía, ha convocado la 7ª edición del concurso “Canciones sin Fronteras” destinado a participantes de todas las edades, profesionales o no, para escribir el texto de una canción en francés.
El tema propuesto es “¿Dónde están tus palabras?” y debe centrarse en la libertad de expresión, los derechos humanos interculturales y los problemas ambientales, donde las artes del lenguaje son la apertura y la fraternidad fundamental.
El plazo termina el 3 de febrero de 2013.
III Concurso "Andalucía se mueve con Europa"
La Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, a través de la Dirección General de Fondos Europeos y Planificación, y la Consejería de Educación, a través de la Dirección General de Innovación Educativa y Formación del Profesorado, convocan el III Concurso "Andalucía se mueve con Europa", dirigido al alumnado de Primero y Segundo de E.S.O. de los centros educativos de Andalucía que imparten estos cursos.
Con este concurso se pretende que tanto el público al que va dirigido, niñas y niños de 12 a 14 años, como todo su entorno, hagan un recorrido por la Europa de los 27 de una manera entretenida e instructiva, lo que permite tener una visión más amplia de cómo la ayuda de la Unión Europea contribuye a un mayor desarrollo y bienestar de Andalucía.
Con este concurso se pretende que tanto el público al que va dirigido, niñas y niños de 12 a 14 años, como todo su entorno, hagan un recorrido por la Europa de los 27 de una manera entretenida e instructiva, lo que permite tener una visión más amplia de cómo la ayuda de la Unión Europea contribuye a un mayor desarrollo y bienestar de Andalucía.
Más información en
Escritos con mucha clase
En esta sección del blog publicamos poemas, cuentos, narraciones... escritos por el alumnado del Centro.
En esta ocasión Alma nos ha dejado un escrito titulado Mi peor pesadilla.
Os animamos a leerlo y a compartir vuestras magníficas creaciones enviando un correo a bibliotecalitoral@gmail.com
Mi peor pesadilla
Debe
de ser que cené demasiado, supongo. El caso es que ahora mi estómago está bien
pero mis ojos están destrozados de tanto llorar.
Ya
estoy despierta, sé que solo ha sido una pesadilla, horrible, pero una
pesadilla al fin y al cabo. Entonces, ¿por qué sigo llorando?
En
el sueño mi madre me mandaba a comprar unas chanclas y cuando volvía a casa
encontraba una nota en la que ponía que a mi madre se la habían llevado al
hospital y que fuera a verla.
Cuando
llegué al hospital mi madre estaba en la cama y a su lado había un instrumental
rarísimo lleno de sangre. Le pregunté al médico si mi madre iba a mejorar y me
contestó que se iba a morir exactamente a las once de la noche.
Yo
quería quedarme con ella pero me obligó a irme al cumpleaños de una amiga que
era esa tarde.
De
repente, aparecí en la playa con mis amigos. Yo estaba llorando y les conté lo
que me pasaba pero mis amigos me dejaron sola y se fueron al agua. Estuvieron
mucho rato jugando. Mientras, yo no podía parar de llorar, por lo que empecé a
correr y llegué al hospital. Fui a la habitación de mi madre y ella no estaba.
Una enfermera, llena de sangre también, me dijo que se había muerto antes de lo
previsto, pues solo eran las seis de la tarde.
Alma
III Concurso de fotografía contra la violencia de género
La Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte de Málaga y el Instituto Andaluz de la Mujer han puesto en marcha en Málaga un concurso de Fotografía en los centros educativos para luchar contra la violencia de género.
Con esta actividad se pretende sensibilizar a la población acerca de la violencia de género y estimular actitudes de rechazo hacia la misma, así como desarrollar la empatía y la solidaridad hacia las víctimas de la violencia en general, y de la violencia contra la mujer en particular, todo ello de una forma creativa.
Concurso "Si eres original, eres de libro"
El concurso Si eres original, eres de libro propone la elaboración de trabajos de investigación originales, realizados por estudiantes de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos de Grado Medio de Formación Profesional, coordinados por un profesor, sobre un tema de su interés: música, ciencia, literatura, arte, naturaleza, historia, cine, deportes, filosofía y pensamiento, tecnologías, matemáticas…
Los trabajos se presentarán únicamente en formato blog. Para ello los autores publicarán su trabajo en alguna plataforma de su elección (Blogger, WordPress, Blogia, Blogspot…) y comunicarán a Es de libro la dirección URL en la que está alojado.
El 18 de marzo de 2013 se cierra el plazo de inscripción.
Más información en la página http://www.esdelibro.es/index.php?id_seccion=101
Lorenzo Silva, Premio Planeta de novela 2012
El escritor madrileño Lorenzo Silva, oculto tras el seudónimo de Bernie Ohls, ha sido el ganador de la 61ª edición del Premio Planeta de novela, con la obra La marca del meridiano, una nueva entrega de su pareja de investigadores Rubén Bevilacqua y su ayudante Violeta Chamorro.
La escritora y periodista Mara Torres ha quedado finalista con su novela La vida imaginaria.
Nacido en 1966, se licenció en Derecho. Trabajó como abogado entre 1992 y 2002 y comenzó a escribir en la década de los ochenta, aunque no publicó hasta años después.
Autor de más de treinta libros, ha cultivado diferentes géneros literarios tanto la novela negra, como la literatura juvenil, el cuento o el ensayo.
Su primera novela fue Noviembre sin violetas, a la que siguieron La sustancia interior y La flaqueza del bolchevique, con la que quedó finalista del Premio Nadal en 1997. En mayo de 1997, presentó una novela dedicada al público juvenil, Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, en la que aborda el problema de la inmigración vista a través de los ojos de una adolescente española.
Tras publicar, El lejano país de los estanques, El cazador del desierto, El urinario y El ángel oculto, su consagración llegó en el año 2000, cuando ganó el prestigioso Premio Nadal de novela, con El alquimista impaciente, que fue llevada al cine por la directora Patricia Ferreira en 2002.
Algunos de sus últimos títulos publicados son: Líneas de sombra (2005), La reina sin espejo (2005), La isla del tesoro (2007), Muerte del reality show (2007), El blog del inquisidor (2008), La estrategia del agua (2010), Niños feroces (2011), el libro de relatos Tres mil metros en la noche y el ensayo El misterio y la voz.
Antes de ganar el Premio Planeta, Lorenzo Silva había sido distinguido con el Premio Destino Infantil-Apel·les Mestres (2002), con el álbum Laura y el corazón de las cosas; el Premio Primavera 2004 con Carta blanca; y el Algaba de ensayo 2010 con Sereno en el peligro.
Nacido en 1966, se licenció en Derecho. Trabajó como abogado entre 1992 y 2002 y comenzó a escribir en la década de los ochenta, aunque no publicó hasta años después.
Autor de más de treinta libros, ha cultivado diferentes géneros literarios tanto la novela negra, como la literatura juvenil, el cuento o el ensayo.
Su primera novela fue Noviembre sin violetas, a la que siguieron La sustancia interior y La flaqueza del bolchevique, con la que quedó finalista del Premio Nadal en 1997. En mayo de 1997, presentó una novela dedicada al público juvenil, Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, en la que aborda el problema de la inmigración vista a través de los ojos de una adolescente española.
Tras publicar, El lejano país de los estanques, El cazador del desierto, El urinario y El ángel oculto, su consagración llegó en el año 2000, cuando ganó el prestigioso Premio Nadal de novela, con El alquimista impaciente, que fue llevada al cine por la directora Patricia Ferreira en 2002.
Algunos de sus últimos títulos publicados son: Líneas de sombra (2005), La reina sin espejo (2005), La isla del tesoro (2007), Muerte del reality show (2007), El blog del inquisidor (2008), La estrategia del agua (2010), Niños feroces (2011), el libro de relatos Tres mil metros en la noche y el ensayo El misterio y la voz.
Antes de ganar el Premio Planeta, Lorenzo Silva había sido distinguido con el Premio Destino Infantil-Apel·les Mestres (2002), con el álbum Laura y el corazón de las cosas; el Premio Primavera 2004 con Carta blanca; y el Algaba de ensayo 2010 con Sereno en el peligro.
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