El pasado miércoles 9 de octubre leímos textos que escribisteis vosotros y vosotras, alumnos y alumnas, pero también una profesora, Rosa García, quien nos ha facilitado las líneas que le inspiraron el encuentro y que hoy queremos compartir con vosotros. 

        Rosa es autora del poemario Vuelo por las cuatro estaciones, que está a vuestra disposición en nuestra Biblioteca. Rosa es ganadora de la II edición del Proyecto Excelencia Literaria con este poemario cargado de sensibilidad.  



        Dicen que una biblioteca es un lugar donde soñar. No me gustan los tópicos. Hoy es miércoles y estoy en una biblioteca, pero ¿dónde están los sueños? Quizá se han quedado pegados a las sábanas perfectamente estiradas de mi cama. O a lo mejor hay alguna legaña superviviente en mis ojos. No importa demasiado.

        Cuando era pequeña la biblioteca era para mí un lugar de culto -sin saber, claro, lo que era un lugar de culto-. El olor a hojas, el silencio interrumpido por el sonido lánguido de los bibliotecarios fichando libros, las estanterías a rebosar de posibilidades. Qué pequeñita era yo frente a tal inmensidad. Diminuta. Como una pequeña duendecilla de cuento. Casi invisible. Abría muy grande los ojos y toda yo era anhelo. "Jamás podré leer todo esto"- recuerdo que pensaba. Pero el deseo de hacerlo era mucho más grande que un pensamiento tan coherente. Después de todo sólo los necios buscan coherencia en estos lugares mágicos.

        Ahora, hoy, que es miércoles, sigo en una biblioteca y ya no soy una niña; continúo en la pequeñez del que sabe que los libros, las palabras, siempre fueron mayores que nosotros. No se trata de soñar, sino de algo mucho más sencillo: de vivir.

        He vivido tantas vidas entre libros que, supongo, jamás dejaré de ser niña. Y si alguna vez la madurez adulta me devora con su sabelotodismo rancio, no tengo más que volver a la magnitud de las historias. Que ellas me libren eternamente de sentirme adulta, acabada, satisfecha.