Ni el Big Ben ni el Museo Británico ni el Castillo de Edimburgo. Los usuarios de Trip Advisor (el sitio online de reseñas de viajes más grande del mundo) sitúan en el número uno de lugares más recomendables para visitar en Reino Unido los Warner Bros
Studios Tour London o, lo que es lo mismo, el parque temático de la
saga de películas de Harry Potter, que se encuentra a 32 kilómetros de
Londres y cuya entrada más básica cuesta 39 libras, unos 45 euros.
Los siete libros de Harry Potter han vendido 450 millones de ejemplares
y las ocho películas han recaudado 7.700 millones de dólares (unos 7.000 millones de euros).
Así que es obvio que los fanáticos del niño mago son muchos y se
reparten por cualquiera de los 200 países en los que los ejemplares de
J.K. Rowling llegaron a las librerías.
El gran comedor de Hogwarts, la cabaña de Hagrid, el
despacho de Dumbledore, la sala común de Gryffindor o el callejón
Diagon. Son algunos de los escenarios que pueden verse milimetrados al
detalle en este parque temático. Por ejemplo, en el comedor aparecen
figuras con los uniformes de las cuatro casas de Hogwarts -Gryffindor,
Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin-, en el despacho del director hay
multitud de libros -muchos de ellos, son guías telefónicas encuadernadas
en cuero viejo- y el telescopio de Dumbledore que, aunque apenas puede
verse en las películas, es uno de los objetos más caros.
Y, como uno de los platos fuertes, la vieja
máquina de vapor británica nº 5972 "Olton Hall" que, con sus 78 años, ha
sido el Expreso de Hogwarts en todas las películas de la saga. Sin
olvidar, la impresionante maqueta a escala de Hogwarts para los planos
exteriores. Pero no sólo de decorados vive este parque temático. Pueden
verse algunas de las criaturas que fuimos conociendo en la pantalla,
como la araña Aragog, manejada por 15 técnicos, que medía más de 5
metros de largo, y se fabricó a mano con pelo de yak, sisal y cáñamo de
escobas; o el hipogrifo BuckBeat.