Os invitamos a
leer el Manifiesto a favor de la
Lectura, Diecisiete razones para echarse a leer en 2017,
elaborado por la poeta Aurora Luque, quien también recuerda al ya fallecido
poeta cordobés Ricardo Molina, galardonado por el CAL como el primero del sello
Nuevos Clásicos Andaluces, en el centenario de su nacimiento y al Andaluz
Universal Juan Ramón Jiménez por el centenario de la publicación del Diario de
un poeta recién casado.
DIECISIETE
RAZONES PARA ECHARSE A LEER EN 2017
1. Porque
leer es viajar por placer sin moverse del sitio.
2. Porque leer es
autorregalarse. Al leer me regalo vidas. Un trozo de la vida de un navegante
antiguo; otro de una poeta polaca; un fragmento de selva ideal de Aleixandre;
un viaje con Karenina a sus fríos palacios y vagones con Muños Molina a la Noche de la Guerra; un trozo de caos de
Djuna Barnes; una ráfaga del vértigo de Eurípides. Extensiones de vida que me
doy a mí misma.
3. Porque hace
noventa años un grupo de jóvenes creadores se estaba decidiendo a amar la vida
con una libertad nunca antes vista ni ensayada, y la vida, pletórica, se dejó
traducir en películas, cuadros, músicas y poemas - insolentes millares de
poemas - que no han dejado de resplandecer desde entonces. Nuestra memoria colectiva
está más iluminada desde que los chicos y las chicas de la Generación del 27 la
poblaron de metáforas y sueños.
4. Porque la
lectura es una experta entrenadora de la mente: nos enseña a reconsiderar los
contenidos, las formas y las superficies del mundo y a revisar las coordenadas
rígidas y preestablecidas que nos condicionan. Nos hace saber que los sentidos
son más de seis y los colores, infinitos.
5. Porque la
lectura educa nuestra mente con la pedagogía de un sabio libertario.
6. Porque la
buena literatura nos regala "un monedero (...) de momentos menudos de
concordia, de ardor y de verdad".
7. Porque
Virginia Woolf visitó una librería londinense en una tarde de invierno del año
1927 y desde allí nos lanzó una invitación seductora: "En esta fortuita
compañía miscelánea podemos rozar a un completo extraño que, con suerte,
resultará ser el mejor amigo del mundo. (...) Así, al mirar por la librería
hacemos otras amistades igualmente repentinas y caprichosas con lo desconocido
y lo desaparecido".
8. Porque vale la
pena "amar a las palabras como esas diminutas criaturas sorprendentes y
danzantes que son".
9. Porque este
año 2017 es año de celebración de Julia Uceda. A los poetas se les celebra
leyéndolos y cantándolos. Año de Julia Uceda, que sabe que la poesía es
ahuyentadora de la muerte.
10. Porque los
libros, "esos hijos biológicos del árbol", nos enseñan a ahondar en
nuestros más oscuros subsuelos y a levantar las ramas hacia las alturas más
libres. Como los árboles.
11. Porque las
palabras de los escritores, al entrar en contacto con nuestros sentidos libres,
nos regalan y devuelven el mundo deslumbrante.
12. "Me
gustas cuando lees porque hay vuelo en tus sienes".
13. Porque leer
nos ayuda a llegar a otros reinos. El gran Ricardo Molina, poeta del Cántico
nacido en 1917, con su Mundo y formas del cante flameco nos transporta
sabiamente a esa casa misteriosa. Y nos presta las llaves.
14. Porque
¿alguien no ama los puertos? La cubierta del libro y la cubierta del barco
comparten vocablo. Ambos, libro y barco, son vehículos invitadores. De ambas
cubiertas parten escaleras y trampillas que llevan a íntimos camarotes y
misteriosas bodegas. En unos libros nos deleitaremos con la contemplación de
los horizontes; en otros exploraremos la vida densa, averiada y sucia del
pasaje.
15. Porque en
1917 un poeta nacido en un pueblo de Huelva cumplía una de las aventuras más
radiantes, embriagadoras, galácticas y hermosas de la lengua española: la
escritura del Diario de un poeta recién casado. El cielo, la ciudad, la
gente de Nueva York, la luz, el mar: todo salió de esa aventura enriquecido de
latidos, vibraciones y matices. Nada vuelve a ser igual en los diccionarios
después de un libro así. Y esa aventura titánica sigue generosamente a nuestro
alcance en cualquier librería o biblioteca de barrio. Es tan grande Juan Ramón.
16. Porque, como
dice Julia Escobar, "la lectura tiene mucho que ver con el apetito y sus
servidumbre". Ay de los inapetentes. Nunca sabrán lo que es paladear un
bocado de Cernuda, entre amargo y aterciopelado. Ay de los anoréxicos. Se
perderán el frescor de un mar de Alberti, la alegría cítrica de un Lorca con
retrogusto amargo, los vericuetos chispeantes como el vino de una página de
María Zambrano.
17. Porque
"así los libros dotan de equipaje a quien vive".
AURORA
LUQUE
Poeta