Escritos con mucha clase

Publicamos en esta ocasión dos escritos de las alumnas Silvia Espinosa y Ángela García, ambas de 2º de ESO C de nuestro Centro.


NUEVO MUNDO 

Hola, soy una niña normal como cualquier otra,  pero con una pequeña diferencia, nací en una ciudad menos desarrollada, todas las mañanas miraba por la ventana y veía tierra y gente tumbada sobre ella, pero no tomando el sol.

Por la tardes no hacía gran cosa, ya que no podía salir de mi pequeño cuarto que comparto con otras once niñas porque,  según nos han contado, si te marchas no podrás regresar. 

Como iba diciendo,  prácticamente me paso el día leyendo, porque aparte de eso lo único que puedo hacer es ver la tele y no me gusta hacerlo,  sólo hay un canal, el de las noticias, y casi siempre vienen cosas de nuestra ciudad y  me da miedo, miedo de saber qué habrá fuera de mi cuartito. Por eso me encanta leer, puedes imaginarte cualquier cosa, yo lo hago, sueño con ir a un mundo nuevo y mejor, fantaseo con una barita mágica que cuando la pasas por las cosas feas se vuelven bonitas y todo gracias a la lectura.

El libro que más me gusta es el de “la princesa violeta” porque tiene un final feliz y eso es lo que desearía para mí.

Hoy es el mejor día de todos, estoy contenta, pero con pánico de lo que ocurrirá, ahora voy en una furgoneta negra, esta mañana me despertaron mis cuidadores muy temprano, hice mis maletas, la cerré rápido, solo tuve que meter mi diario, dos lápices, un cuento y me fui con ellos. Antes de cruzar por primera vez la puerta, me taparon los ojos con una venda negra y cuando me la quitaron estaba aquí, en esta furgoneta mal oliente, creo que tengo una ligera idea de lo que pasa, el mes pasado se llevaron a dos niñas y oí decir que lo más posible era que llegaran sanas y salvas, así que mi cabeza solo pueden pensar en una cosa, me llevan a cumplir mi sueño,  me trasladan a un NUEVO MUNDO.

No sé cuanto llevo aquí metida, creo que varios días, tengo mucha hambre y cada vez pierdo más la esperanza, me siento sola, no puedo leer porque no veo, todo está oscuro y hace mucho frío. Cierro los ojos y escucho atentamente, oigo a un hombre, reconozco su voz enseguida: es mi cuidador Izan, apoyo la oreja en una pared, creo que es la puerta,  y de pronto…. PLASH…. La puerta se abre bruscamente y yo me caigo al suelo, me he hecho daño en la rodilla, Izan me coge en brazos y me dice que todo saldrá bien. 

Yo ya no se qué pensar, llevo aquí como dos semanas sin comida y ya no puedo más.

Me levanto rápidamente,  veo luces y  me ilusiono e intento imaginar qué son, cada vez están más cerca y más, y más….  La furgoneta frena rápidamente, oigo un grito, yo espero que sea de alegría, me doy cuenta de que pensé lo correcto cuando salgo del apestoso transporte y veo, veo tantas cosas, edificios, césped, flores, árboles, niños jugando con pelotas, columpios, toboganes…  veo un NUEVO MUNDO.

Izan me empuja, no me importa porque he caído en un césped blandito y verde, miro atrás y veo que mi cuidador se ha ido, me ha dejado sola, pero no creo que vaya mal porque estoy en mi nuevo mundo. 



Cuando me revuelco  por las flores amarillas, se me acerca una niña rubia con ojos verdes y me pregunta si quiero ser su amiga, pero no puedo responderle porque no sé qué es la amistad,  así que se me ocurre cuestionarle si sabe qué es la amistad, y que si lo sabe yo seré su mejor amiga, en realidad le hice un poco de chantaje, pero no se dio cuenta porque me lo explico.

Una amiga es la que siempre, siempre está a tu lado pase lo que pase.

Yo, después de que me lo dijera me quedé asombrada, nunca había visto una frase más bonita. Mientras se acercaba una mujer, yo le dije que sería su amiga para siempre, ella me sonrió, pero aquella señora, se  la llevó diciéndole al oído que no se hablara con gente como yo.

Al oírlo salí corriendo hacia ella, ésta se asusto, me dijo que me fuera con mi madre, pero le expliqué que yo no tenía;  ella, con mucha solidaridad me llevo a su coche, este no olía mal y se veía todo lo que había fuera.

Cuando salí del auto vi un hogar, no era como el mío, este era muy, muy grande, con techos altos y paredes rosa clarito, tenía una lámpara de araña al entrar, yo en vez de dormir en el suelo, me dejaron usar una cama grande y blandita, después de enseñarme toda la casa, me dijo que me tenía que duchar, pero no le hice caso porque me quedé mirando mi supuesto armario, nunca había tenido uno, tenía un montón de cosas desde cinturones o felpas a vestiditos y camisas: era simplemente increíble.

Más tarde, duchada y vestida con el mejor pijamita del mundo,  me puse a leer, pero en cinco minutos ya estaba dormida. Justo después note un cierto roce en mi cara, abrí un poquitín los ojos y era mi guía al nuevo mundo, volví a cerrar los ojos y me quedé somnolienta.

Desperté  en un centro de menores, sin mi armario, sin mi cama, solo llevaba mi peluche Lolo. Lolo era mi conejito, me lo dio mi guía cuando me fui a dormir, supongo que no me lo quitó porque estaba muy agarrada a él.

Estoy muy apenada, creía que mi nuevo mundo iba a ser mejor, pero aquí estoy sentada en una silla negra que, como me mueva mucho, se rompe y sin saber adónde voy. En resumidas palabras,  me siento otra vez sola.

Inesperadamente, se me aproxima una anciana pelo cano y gafas de culo de vaso verde y me pregunta mi nombre, yo le contesto, Tamara Matlalcuatzi. Ella me propone que le acompañe, no sabía qué hacer así que la seguí, entramos a una sala con las luces apagadas, me recordó las dos peores semanas de toda mi vida, bueno la segunda, la primera fue cuando me quedé solitaria por primera vez.

Se encienden las luces, veo borroso intento distinguir que en la pared está escrito "Centro de menores la solidaridad", un poco más al centro veía con claridad  las palabras BIENVENIDA A TU NUEVO MUNDO. Me quedé sin habla, no sé qué hacía eso allí. Cuando la niebla se disipó, lo único que pude hacer fue chillar, de alegría. Allí de pie, delgada como la recordaba, ojos negros y el marrón de su pelo, era indiscutible: mi madre. Se acercó y detrás de ella estaban mis hermanas pequeñas y luego, más allá, vi por fin de verdad con muchísima claridad MI NUEVO MUNDO. 

Silvia Espinosa


El Tiempo

SEGÚN EL DICCIONARIO

1. m. Duración de las cosas sujetas a mudanza.

2. m. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su unidad en el Sistema Internacional es el segundo.

3. m. Parte de esta secuencia.

4. m. Época durante la cual vive alguien o sucede algo.

   Y muchos otros significados.

SEGÚN YO LO VEO

  El tiempo. ¿Qué es el tiempo? Para mí, es lo que pasa sin que nos demos cuenta. Normalmente lo desperdiciamos. ¿Por qué? Realmente no creo que seamos conscientes  de ello. 
   Para mí es gracioso,  cuando te lo estás pasando bien pasa tan rápido y cuando lo pasamos mal pasa tan sumamente despacio.  Lo que mejor hacemos las personas es desperdiciar cosas, comida, dinero, TIEMPO… 
   Yo, sinceramente, sólo me doy cuenta de que desperdicio tiempo cuando ocurre, es frustrante, hay tantas cosas que quiero hacer pero no puedo  porque no hay tiempo; tantos libros que quiero leer, pero no puedo, porque no hay tiempo; tantas películas que quiero ver, pero no puedo, porque no hay tiempo. Esto es triste, pero es la vida, cuando menos te lo esperas, ya has crecido. Cuando pienso en el pasado y es como si todo eso no hubiera sucedido, como si directamente me lo hubieran metido en la mente. El tiempo pasa, no nos damos cuenta, porque estamos demasiado ocupados con el móvil, con la televisión o el ordenador, en vez de aprovechar el tiempo, estar con la familia, porque no es eterna,  o con los amigos,  que tampoco lo son. Debemos aprovechar el tiempo, aunque sea escaso, porque una vez pasado no hay marcha atrás, nunca volverá a pasar, las cosas son únicas. Eso que dicen de ‘es una oportunidad única en la vida’ todas las oportunidades son únicas.
   El tiempo se agota y no lo aprovechamos, es como un reloj de arena, cuando quedan pocos granos nos damos cuenta de todo. No sé si después de la muerte hay algo, pero por si no lo hay, yo pienso aprovechar mi tiempo haciendo lo que realmente quiero hacer, porque cuando nos damos cuenta, se ha agotado y ya la cuenta atrás no para. No hay máquinas del tiempo, no existen, así que vive cada instante de tu vida como si fuera el último, porque la vida es inesperada y el tiempo escaso.
   Yo no quiero la vida eterna, si la tuviera no le daría importancia al tiempo, además ¿qué harías si tuvieras todo el tiempo del mundo?

Ángela García